CUARTA VEZ NEREA ANTE EL FUTURO

A tus hermanas diles tú, pequeña,

por qué razón no hay pan en casa, diles

que el pan se compra, pero no, ni abriles,

ni el honor de tu padre. Voz sedeña,

 

cantarines murmullos de la aceña,

explícales que existen, viven, miles

de hombres desesperadamente viles,

en quienes el dinero me despeña.

 

Mas día llegará, quizá mañana,

en que la libertad, moza gañana,

os cantará en vascuence con la sopa,

 

y el árbol de Guernica, amanecido,

ese cadáver hoy desconocido,

se colmará de fruto hasta la copa.

 

© Gabriel Aresti


susa-literatura.com